22 de mayo de 2020. Centroamérica y República Dominicana siempre se han caracterizado por su abundancia natural, ocupan el 1% de la superficie del planeta, pero albergan el 12% de la biodiversidad del mundo, posicionando a la región como un destino completamente ideal para el turismo de naturaleza, conservación y aviturismo.

Esto recobra mayor importancia ante el escenario actual, ya que los datos sobre el comportamiento de la industria durante la crisis y con previsiones hacia la recuperación del sector apuntan que el turismo de naturaleza será uno de los más buscados por lo viajeros debido a su vinculación a las sensaciones de libertad, salud y contacto directo con lo más esencial: la vida.

Actualmente la región ocupa el segundo lugar como la zona con mayor avistamiento de aves en el hemisferio occidental. Una muestra de ello es el 60% del territorio de Belice está cubierto de selva tropical con restos arqueológicos. Además, es parte del segundo arrecife de coral más grande del mundo.

          

Por su parte, Guatemala es un universo de fantásticos microclimas y veinte ecosistemas donde residen incontables especies de jaguares, pumas, ocelotes, armadillos, tapires y aves, destacando el bello quetzal, símbolo nacional del país y de la cultura Maya.

         

El Salvador cuenta con el Parque Nacional Los Volcanes, es un importante corredor biológico compuesto por 14 “volcanes jóvenes”, colindante con el Parque Nacional El Imposible, esto significa que las especies de vida silvestre tienen un puente que utilizan para transitar de un parque a otro, a lo largo de 40 kilómetros de cafetales bajo sombra y selvas de tierras altas.

         

Por otra parte, el 50% del territorio nacional de Honduras está cubierto por bosques. Las impresionantes cataratas de Pulhapanzak son una de las más hermosas de Centroamérica y en donde, recientemente, se han encontrado vestigios arqueológicos que se cree corresponden a una civilización anterior a la Maya.

         

Nicaragua, la tierra de lagos y volcanes cuenta con 80 áreas protegidas a lo largo y ancho de su territorio. Su lago Cocibolga es el más grande de Centroamérica con una extensión de 8,264 Km². Está atravesado por una cadena volcánica lo que ha causado la creación de 365 islas hermosas y archipiélago. Grandes zonas del lago se conectan con el río San Juan, refugios de vida silvestre en los que se puede apreciar con facilidad multitudes de especies de la flora y fauna tropical.

         

En 2019, Costa Rica fue declarado por la ONU como Campeones de la Tierra. El país concentra el 6% de la biodiversidad del planeta, una verdadera joya de la biodiversidad.  Actualmente se estima que su territorio contiene más de medio millón de especies que habitan sus bosques, montañas, volcanes, playas, ríos y valles.

         

Panamá está siendo reconocido como uno de los secretos naturales mejor guardados del mundo. El 40% de su territorio ha sido declarado área protegida y por sus selvas se escucha el aleteo de más de mil especies de aves. En 2018 se ubicó como el país número 1 para la observación de aves en Centroamérica. Además, se ubicó como el sexto entre los 10 mejores del mundo con cerca de 750 especies de aves observadas en un día, datos según la competición internacional de avistamiento Global Big Day en la cual participan más de 700 países.

         

Por otro lado, el 25% de su superficie de la República Dominicana está cubierto por hermosos parques nacionales y reservas científicas. La isla tiene 128 áreas protegidas, incluyendo 15 reservas naturales y 32 parques nacionales que propician una diversidad de ecosistemas realmente único donde los turistas pueden realizar actividades de conservación y avistamiento de especies en el Caribe.

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