Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana apuestan por contribuir de manera sustancial al desarrollo sostenible de Centroamérica en sus dimensiones sociales, económicas y ambientales. En 2018, la región recibió 17.7 millones de turistas, presentando un crecimiento del 2.7% respecto al año anterior.

El turismo en Centroamérica es una actividad transversal en estrechos vínculos con otros sectores como las micro, pequeñas y medianas empresas. En 2018 se consolidó como el tercer sector más dinámico de la economía mundial y en 2019 los países de la región están ante una nueva era para la expansión de las actividades derivadas del turismo para consolidarse como un destino sostenible.

Entre algunos de los esfuerzos que los países realizan para contribuir a este objetivo destacan que Costa Rica recibió el máximo galardón ambiental de ONU por liderazgo en lucha contra cambio climático como reconocimiento a sus políticas de protección de la naturaleza y su compromiso con programas para la reducción de emisiones a la atmósfera. El país Centroamericano también impulsa la campaña Stop Animal Selfies para proteger a los animales silvestres.

Por su parte, Panamá lidera la lucha contra el uso de bolsas de plásticas en la región. El país es el primero de Centroamérica en eliminar la entrega de las bolsas en algunos comercios. Además, promueve Bocas del Toro, el segundo destino más visitado del país, como un destino cultural y científico por lo que se ha creado el Gabinete Turístico para impulsar proyectos para la conservación de las áreas protegidas panameñas.

La sostenibilidad turística es una línea de acción definida para Nicaragua centrando atención en el fortalecimiento de emprendimientos y pymes turísticas. Este país, trabaja con el Destino Corn Island en la tercera fase de los esfuerzos que se realizan a nivel regional del Caribe para implementar el proceso de Evaluación de Destinos que permita garantizar el impulso de la isla sin comprometer sus recursos naturales.

El turismo lo es todo para la economía de Belice, representa el 38% del PIB del país con una estricta ley de conservación ambiental, prueba de ello es que el 70% del territorio y de sus aguas son áreas protegidas. Al formar parte de la segunda barrera de arrecifes más grande del mundo, Belice acoge un sinfín de especies marinas que pueden verse fácilmente, por lo que es uno de los sitios más visitados del mundo para contemplarla belleza del Gran Agujero Azul.

La República Dominicana tiene una larga tradición en el cuidado del medio ambiente. El país se empezó con el auge del turismo sostenible en los años 70. En la actualidad muchas agencias turísticas han tomado la opción de vender paquetes de viajes de turismo que tengan actividades como: alpinismo, senderismo, avistamiento de aves, avistamiento de ballenas jorobadas, agroturismo, excursión, ecoturismo, entre otros, con el fin vincular al viajero con el conocimiento de la flora, fauna del país y generar ingresos.

Por su parte, Guatemala impulsa un Plan Maestro de Turismo Sostenible que busca elevar la competitividad turística del país, teniendo como prioridad fomentar el turismo local e internacional mediante la mejora de la infraestructura turística actual, promocionando los destinos turísticos del país y el reordenamiento territorial, entre otros.

Además, Guatemala conocida como el corazón del mundo maya, se ha asociado con la Organización Mundial del Turismo (OMT) para lanzar el primer Observatorio del Turismo Sostenible, que se ubica en la ciudad de La Antigua, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y uno de los principales destinos turísticos.

Cayos Cochinos es un archipiélago compuesto por dos islas pequeñas (Cayo Mayor y Cayo Menor) y 13 de menor tamaño en la zona del atlántico de Honduras. Dada su enorme riqueza natural, el Gobierno declaró el archipiélago como Monumento Nacional Marino. Año con año miles de turistas lo visitan para conocer sobre los esfuerzos de conservación que se realizan. Generalmente, la mayoría de los cayos se encuentran deshabitados y han sido usados por pescadores garífunas para la conservación de su cultura y refugios durante sus viajes de pesca en el mar.

Mientras tanto, El Salvador ha declarado 21 kilómetros de playa como Zona Turística de Interés Nacional, un nuevo paso para convertirse en uno de los principales referentes turísticos del surf de la región centroamericana, a través de la declaración realizada en el marco de Surf City, la cual dinamizará el corredor turístico dando un impulso al desarrollo sostenible.